Un proyecto de plena actualidad
En medio de la tempestad económica en la que nos hayamos actualmente, nuestra idea era hacer un proyecto que explicara, o diera algo de luz, al funcionamiento de lo que se ha denominado el sistema. Cuando se inició la miniserie, aún no se sabía como se iba a resolver esta crisis. A día de hoy, desgraciadamente seguimos sin saberlo. Fue por ello, que pensamos ahondar en un periodo similar de la historia reciente de nuestro país, en el que lográramos encontrar paralelismos, situaciones similares, de las que poder aprender alguna lección. Un momento histórico de crisis no solo económica, sino de valores. El periodo elegido fue de seis años, del 1987 al 1993, en los que en España se produjo la revolución de todo un sistema. En esa época se gestó la “Cultura del Pelotazo”. Nacieron los “Nuevos Ricos” y “la Beautiful People”.
Personalidades de la talla de Felipe González, Solchaga, Aznar, Serra, Mariano Rubio, Juan Abelló, Boyer o el propio Rey componen un fresco en el que tratamos de mostrar las estructuras del poder y su forma de vida: como se hacían los negocios en cacerías y restaurantes, como se mezclaba economía y política, las luchas de poder entre banqueros y gobernantes, la corrupción en las altas esferas… Todo este sistema se vino a bajo en el año 1992 con una potente crisis económica, algo similar a lo que ocurrió con la “Cultura del ladrillo” recientemente.
Gran respeto y rigurosidad
Al ser una parte reciente de nuestra historia, sus protagonistas seguían vivos, y la mayoría en activo, por ello el proyecto requería de un especial rigor y prudencia. A fin de cuentas se estaba haciendo el retrato de la clase dirigente en un periodo no muy lejano. Por ello decidimos que la mejor opción era basarnos en algún libro ya publicado que narrara ese periodo de tiempo, y sobre el que no pesara ninguna demanda. Así fue como encontramos el libro “Los días de gloria” escrito por el propio Mario Conde, personaje polémico y controvertido que vivió aquella época en primera persona, En el se recoge el ascenso hasta la mayor de las cumbres de una persona de origen humilde y su posterior caída hasta lo más hondo de los infiernos: la cárcel. Hay algo más cinematográfico. Una historia apasionante, que no deja indiferente a nadie, tanto a sus detractores como a sus seguidores.
Personaje de gran interés
A finales de los ochenta, en España, una gran mayoría de jóvenes admiraba a los Yuppies, jóvenes urbanos profesionales de la empresa y banca con grandes ingresos. En la figura de Mario Conde se alcanzó su máxima representación: joven, inteligente, guapo y rico. De extracción humilde había alcanzado el poder y la riqueza. El sueño americano a la española. Lo interesante es ver como todo esto se desmoronó con su ingreso en prisión. Fue el fin de una época.
Pero, aún hoy Mario Conde es un personaje que sigue despertando interés allá donde vaya. La prueba es que siempre que aparece en televisión las audiencias se disparan, ya sea para criticarle como para seguir sus opiniones como si se tratara de un líder político. A eso le sumamos el hecho de que sus libros han sido todos Bestsellers con multitud de ediciones.
El punto de vista de nuestro relato es evidentemente el de su protagonista, Mario Conde, y la historia fluye entorno a él, pero en todo momento se intento dar cabida a otras opiniones y puntos de vista, intentando comprender las motivaciones de todos los personajes. De ese modo, el fresco es más rico y real, tratando de huir de la visión maniquea de buenos y malos. Entenderemos el por que de la políticas económicas que propugnaba Solchaga, o lo que anhelaba desde el Banco de España Mariano Rubio, sin dejar de entender las antagónicas posturas económicas de Conde. Veremos a un protagonista con sus ambiciones, flaquezas, errores y aciertos, que para algunos se transformarán en virtudes y para otros en defectos. Yo creo que tanto el admirador como el detractor de Mario Conde va a salir reforzado en su postura tras visionar la miniserie, ya que encontrará elementos que le reafirmen en su opinión. Esa ha sido en todo momento nuestra intención.
Tratamiento visual e influencias
El referente en el que nos hemos basado para contar esta historia ha sido Wall Street. Nuestra idea era hacer un thriller político. Un género que en España no ha tenido muchos ejemplos, pero que los americanos dominan.
Posteriormente y de un modo casual, o no tan casual por producirse en el momento histórico en el que nos encontramos, han aparecido películas con muchos elementos comunes a nuestra miniserie como pueda ser “Margin Call” o la miniserie de HBO “Demasiado grande para caer” (“Too big to fail”) que nos dan lecciones de cómo narrar algo de por si tan complicado y tan difícil para el espectador medio.
El gran reto con el que nos encontramos Helena Medina, la guionista, el productor ejecutivo, Jose Manuel Lorenzo, y yo, era conseguir que el espectador que carece de conocimientos económicos pueda seguir sin problemas y con el máximo de interés la película. Eso que los americanos hacen con tanta facilidad cuando hablan ya sea de hospitales (“House”, o “Urgencias”) como de cualquier especialización profesional. La clave es encontrar personajes sólidos, Mario Conde lo es, y conflictos universales: amistad, traición, celos, crisis familiar, etc…
A nivel formal hemos bebido de fuentes como la serie “El ala oeste de la Casablanca”, con sus movimientos de cámara y encuadres. A nivel fotográfico la inspiración viene de muchas películas de finales de los ochenta, época en la que se sitúa la acción, con referentes claros como “Nueve semanas y media”, “Wall Street”, “Al filo de la noticia” o “la escalera de Jacob”, en las que predominan los colores azules de la calle y las grandes salas con los cálidos interiores de despachos en maderas oscuras.
De Wall Street también hemos rescatado la importancia de la ciudad como un protagonista más. En aquella película se mostraba el sur de Manhattan, en nuestra miniserie el Madrid de los ochenta. Pero no el de la movida, sino la zona de la Calle Alcala y el Paseo del Prado, centro neurálgico en el que se concentraba en menos de un kilometro el poderío económico de un país. Un Madrid con edificios emblemáticos de principios de siglo como el Banco de España, la sede del Banesto, el Central, la Bolsa…
Un gran trabajo actoral
A destacar el trabajo realizado por los actores, especialmente Daniel Grao. Se requería de un grado de sutileza muy grande, ya que en estos personajes siempre es más importante lo que ocultan que lo que dicen. Son jugadores de poker. Las miradas, la ironía, el subtexto, los dobles sentidos, son muy importantes en la historia. Por eso era imprescindible rodearse de grandes actores, todos ellos inteligentes y técnicos. A nuestro protagonista ya le conocía, habíamos coincidido en una serie, reencontrarnos aquí ha sido una gozada. Para mi es uno de los actores más listo y sutil de su generación. Fue muy curioso el modo en que se acerco a la figura de Mario Conde. Por su edad, Daniel Grao, no había tenido conocimiento del Mario Conde de los años ochenta. Para él fue todo un descubrimiento. Por ello se enfrento al personaje desde una visión limpia y virginal, consiguiendo algo muy difícil, reencarnar a una de las figuras más complejas de nuestra historia presente. Alguien muy popular para todo el mundo.
Con otros actores como Francesc Orella, Pedro Casablanc, o Manolo Solo ha supuesto, como siempre una apuesta segura, mientras que Mariona Ribas y Ursula Corberó todo un descubrimiento.